VII

Deshecho en tus caricias sin remedio,
me arrastro hasta olerte las dulces huellas;
me encuentro en la plenitud de tus mellas
anclado a los resortes de tu asedio.

Imbuído de tu cuerpo y tu medio
me inclino a tu placer y sus estrellas;
me luzco y me destilo en tus botellas
arrancado del glande cualquier tedio.

Mi pubis derrotado ante tu orgasmo.
Me bordas en tu cielo constelado
y brillo hasta tus ojos entregado.

Mi corazón latente de entusiasmo.
Me muestras el paisaje de tu mente
y caigo en tu luz húmeda y caliente.

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