III
I Trazas con tus dedos los ríos de tus caricias y estas erosionan mi piel; haciéndome cauce de tu amor. Emerjo de tus labios sangriento y amorfo: sombra de tu luz. Y en los entresijos del Silencio; entre el gemido y el orgasmo; mi lenguaje penetra tu poesía y tu coño atropella mi lengua. II Mis piernas son el camino para encontrarte. Nos mezclo mientras nos imagino agitados juntos. Y entro con lentitud al trance: del riachuelo nítido y la serpiente de mi estómago. III Me libro a nuestra salvajía y te encuentro; entre mi sangre y las ramas; entre la Luna y mi vómito. Entonces es cuando me elevas; cuando reconcilio la noche y el día; que desemboco en el aire vacío. Entonces es cuando nazco; cuando arde mi corazón de carbón manchando el cielo invaluable.
Comentarios
Publicar un comentario